Draghi eta EBZ (Europako Banku Zentrala)

Artikulu zahar samarra (2016koa) baina oso interesgarria.

(Sorry, erdara batuan azaltzeagatik…)

Andres Vilena-ren Draghi, el hombre que pudo reinar… y que remó para casa 1

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), parecía haber nacido con el cometido de salvar al euro de las amenazas que se cernían sobre él desde el comienzo de la crisis. Cuando en julio de 2012 sorprendió a los denominados “mercados financieros” con su “whatever-it-takes” , la situación límite que atravesaban países como España pareció experimentar un giro de, por lo menos, cien grados.

Las palabras de Draghi no implicaban intervención alguna, pero sí la supusieron de facto: las expectativas llevaron a los especuladores a retirar las apuestas que mantenían contra la quiebra de los tesoros públicos de las naciones europeas periféricas, al descontar que el Banco Central las salvaría entrando con su bazuca en el mercado secundario de la deuda soberana. Se había creado un cortafuego contra los buitres, y las primas de riesgo mediterráneas no volvieron a ser lo que eran.  

Liquidez sin apenas frutos

El gobernador del BCE adoptó entonces una serie de decisiones de política monetaria que, en definitiva, facilitaban más liquidez a la banca privada, incrementaban el valor de sus activos financieros y reducían en general los tipos de interés de los préstamos. Se esperaba con esto una suerte de efecto de goteo, un trickle down, como se dijo en los años ochenta, pero aplicado al ámbito financiero: la barra libre de crédito fomentaría que los bancos tuvieran una mayor propensión a prestar a las empresas y a las familias, lo que reflotaría a medio plazo las economías nacionales por la vía del consumo, la inversión y con ello la demanda.

Pero estos intentos se quedaron ahí: la gran banca se contentó con acoger créditos baratos para después financiar onerosamente a los Estados mientras el rendimiento de la deuda pública representaba un negocio redondo: estas entidades tomaban prestado al 1% y después se hacían con bonos del Tesoro a cambio de un 5% o un 6% de intereses. Un dinero que, al menos, les serviría para sanear sus balances y, por fin, para dar lugar a la actividad del crédito a la economía real.

(Gogoratu ondoko eskemak: https://www.scribd.com/document/346734113/Defizit-Publikoa-eta-Aurrezki-Pribatua)

Estancados

Ni por esas: además, las economías domésticas, enormemente endeudadas, tampoco demandaban suficiente crédito. Llegó por entonces el concepto de “estancamiento secular”: el caballo, una vez arrastrado al abrevadero, no quería beber agua. Lo que todo este arsenal de medidas sí permitió fue aligerar el estrés financiero y mediático soportado por las haciendas nacionales que, como en el caso español, aprovecharon para gastar de manera más atrevida en víspera de las elecciones generales. Las cifras nominales de riqueza bruta se recuperaron, salvo en el caso griego y por los motivos conocidos. Pero la economía ha seguido durante este período en un estado anoréxico, famélico.

Un balance previsible  

El balance del gobierno de Draghi es decepcionante, pero también previsible, teniendo en cuenta la arquitectura institucional de la moneda única. Tampoco podía esperarse mucho de un antiguo directivo de Goldman Sachs bajo cuya gestión se asesoró al Gobierno conservador griego en el maquillaje de sus cifras de deuda y de déficit público. En definitiva y si se reflexiona sin los prejuicios propios de la tecnocracia más ideologizada, el gobernador del BCE ha llevado a cabo un continuo rescate de las finanzas, que han gozado de unas facilidades de crédito inusitadas a lo largo de un largo período de privaciones.

El último ejemplo de esta supeditación de los recursos públicos a los intereses privados es el anuncio de la compra de los denominados corporate bonds, o bonos de grandes empresas que adquieren, de esta manera, una financiación privilegiada por delante de las pymes, que apenas pueden acceder a estos. De esta manera, las multinacionales, principalmente las francesas y las alemanas, contarán con liquidez adicional para refinanciar sus créditos o para sanear sus balances. ¿Es que nadie protesta por esto en el Gobierno español ni en el Parlamento Europeo? ¿A qué se dedica la oposición progresista?

Una élite financiera fracasada

El BCE representa en estos momentos un refugio para una élite financiera fracasada y subvencionada. Otro too big to fail encubierto y cargado de riesgo moral. Además de mostrar una doble vara de medir entre países meridionales y septentrionales, lo que prueba la gestión del gobernador central es que, tras unas propuestas supuestamente técnicas y con base científica, la política monetaria está capturada por los intereses privados. A falta de una política fiscal común y expansiva, todavía impensable, la zona euro seguirá enferma. Hasta que, como apuntó más de una vez John Maynard Keynes, ocurra lo inesperado.

(Gogoratu Warren Mosler proposamenak: Warren Mosler-en proposamenak eta Independentziaren garaia politikan eta ekonomian)


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